El viento balancea las hojas, verdes de vida. El Sol, en lo más alto, parece sonreír, saludar y charlar con cada persona. No hay nubes, ¿para qué? No hacen falta.
Todo es perfecto. Bueno, casi todo. Incluso dentro de ti. Esos días oscuros parecen disiparse poco a poco con cada segundo de libertad que el viento te brinda. No buscas inspiración: no la necesitas. No añoras alegría: ya la tienes. No ansías vida: ahora es toda tuya.
Estás en un buen momento. Unas presiones por aquí, unos problemillas por allá... pero incluso llegas a sentir que nada puede salir mal. En las revistas, la gente llama a esto "momento dulce". Pero, bueno...
Realmente, una sensación así es más que eso.
Imagen por cortesía de Miguel Rodríguez Germán.
http://miguelrodriguezphotos.blogspot.com.es/
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