
-¿Qué hacemos? -preguntó.
-¿Tenemos que hacer algo?
-Mmm... -Aquellas cosas hacían callar su mente, por inquieta que esta fuera.
-A mí me basta con tenerte aquí, en este valle, con la suave brisa que te acaricia el pelo a ratos y con tus sonrisas al mirarme. Tengo suficiente simplemente si me coges la mano y la aprietas, si me dices que quieres que este momento sea eterno, si quieres estar conmigo pase lo que pase, siempre. No necesito hacer nada más que mirarte, sentirte aquí, a mi lado, conmigo, en este momento... y que no importe nada más.
-De acuerdo...