sábado, 14 de mayo de 2011
Sin tanto que decir
La almohada me recomienda que olvide. Que deje el tiempo correr de la mano de mis recuerdos para que así mi cabeza ordene pensamientos cifrados. Incluso ese objeto acolchado sabe más de mí que yo misma. Escucha cada uno de mis pensamientos, sensaciones, sentimientos, sin necesidad de que se los cuente con palabras; recoge y seca mis lágrimas y me acaricia intentando consolarme, procurando que el sueño entre en mí y me haga olvidar durante unas breves horas todo lo que me daña. Todo esto simplemente se está añadiendo a mi lista negra... a ese repertorio de fracasos y malas rachas que cuelgan de mi cartera unidos a mi DNI, para siempre. Quizás valió la pena dejar que...
-Quizás... pero solo quizás.
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