miércoles, 4 de mayo de 2011
Casualidades de la vida
Un destino incierto y casual me llevó a aquel momento. Momento que hoy día tampoco sabría describir. Y ahí estábamos... Tu mano rozó la mía... o tal vez, simplemente fue una ilusión de mi subconsciente. Pero tu olor era real, esa fragancia que aún recuerdo, y que todavía puedo respirar si pienso en ti. Ahí estabas, sí... delante de mí, mirándome, hablándome, sonriéndome. ¿Y yo? Símplemente te miraba. Y no hacía más... tal vez hablaba, sí, pero no conseguía decir nada que tuviese el mínimo sentido ni siquiera para mí. Me sentía bien, ahí contigo... Fue un minuto que duró horas, días e incluso meses, pero que pasó más rápido que un segundo.
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