-Que hubiesemos quedado con 80 días de antelación me hacía tener ese lejano presentimiento en mi interior.
-¿Te hacía tener ese presentimiento y no te hacía tener una voz en tu interior avisándote de que te tenías que duchar un poco antes?
-La voz en mi interior se durmió, se pasó rato llamándote.
Espero puedas disculparme, es toda una verguenza por mi parte.
Quieres... bailar?
Que la música ahogue tu enfado y mis pecados en esta botella de champán...
-Llevo tiempo esperando para bailar... así que no rechazaré tu invitación.
-No imaginas cuánto me encanta saber que aún recuerdas nuestro baile pendiente.
-Recuerdo nuestro baile pendiente, y nuestro paseo en autobús pendiente también...
-Aborrecerás los autobuses.
Te llevaré en tramvía entonces, que es el transporte en el cual hacías transbordo.
Sabes que mi mirada hace saltar paradas, ¿cuentan?
-Mmm... Creo que mientras sea contigo, todo cuenta.
-¿Incluso acabar en un rincón de la ciudad lleno de extraños, en el que no tienes más que hacer que confiar en mis ojos y mi sonrisa?
Sabes, han subido el precio del transporte público.